Os hablamos de una de las iniciativas más asombrosas y valientes de los últimos tiempos: una editorial que hace mapas literarios, propuestas viajeras acompañadas de una enorme, hermosa, genial cartografía. Con todos ustedes…. ¡Misterio y Sociedad de Aventuras Literarias!
Los lectores sabemos que, en el fondo, toda lectura es un viaje, y durante años hemos viajado por todo el globo, incluso fuera de nuestra atmósfera, a lomos de páginas repletas de palabras, historias, anécdotas, aventuras. Viajamos con Verne a lugares remotos, misteriosos, fascinantes: al fondo del océano acompañando a Nemo a bordo del Nautilus, o a la luna encaramados en una bola de cañón. Pero seguro que no sabían que el gran Julio Verne fue también un viajero sedentario, casi inmóvil. Fueron los libros, los suyos y los de otros autores a los que leyó con pasión, los que hicieron las veces de trenes, trasatlánticos, submarinos o globos aerostáticos.
En LEA el viaje es el centro de nuestras Lecturas Abiertas, la metáfora que articula muchas de nuestras experiencias lectoras compartidas, y es así porque añoramos recorrer de nuevo el reino de OZ, navegar por el delta de Mississippi con Tom Sawyer, perderse en una isla con Lord Jim. Y por eso estamos arrebatados con un proyecto literario y viajero que nos deja siempre con la boca abierta, una apuesta por el juego de la mano de una empresa con un nombre de veras fascinante, Misterio y Sociedad de Aventuras Literarias, la criatura de unos “aventureros del siglo XXI embarcados en la búsqueda de nuevos formatos literarios”.
Su nombre, tal y como ellos mismos cuentan en su hermosa página web, toma su nombre de «Misterio y sociedad de aventureros mercantes para el descubrimiento de regiones, dominios, islas y lugares desconocidos», compañía mercantil que protagonizó el primer viaje a través del Ártico. Y ese nombre fantástico, casi imposible, lleva a estos aventureros a una audacia superlativa: editar mapas literarios, mapas para amantes de los libros, mapas que permiten viajar en el tiempo y en el espacio siguiendo las rutas de los clásicos.
Así, sus mapas (físicos y digitales, hermosos y sugerentes, llenos, en fin, de detalles) proponen al aventurero que hay en todo lector dar la vuelta al mundo de 1872 de la mano de Phileas Fogg, o perderse por la niebla del Londres de 1891 siguiendo las correrías detectivescas del Dr. Watson y Sherlock Holmes.
Su catálogo es un regalo para cualquier bibliófilo, para todos los aventureros de la letra: la Lisboa de Fernando Pessoa, el Nueva York de Lorca, pero también el de Paul Auster, el Buenos Aires de Cortázar en Rayuela, el Madrid de Galdós, el Londres de Jane Austen…
Y si aún no están convencidos que este viaje merecerá la pena, quédense con el compromiso que formulan en su página web: “Creemos que la Literatura es un compromiso con la Aventura, un arma necesaria para combatir; por eso decidimos cavar trincheras y editar pequeños ingenios con precisión de relojeros, palabras que hacen tic tac antes de explotar y reventar la vida rutinaria. Abrimos boquetes hacia la Aventura, en la mejor agencia de viajes para la libertad”.
¡Larga vida a los cartógrafos de Aventuras literarias!
Leave A Comment