Fueron verdaderos templos del saber, o al menos así nos ha llegado su recuerdo legendario. Hoy, sólo queda el relato mítico de sus maravillas, pues sucumbieron al fanatismo, la guerra, el tiempo y los saqueos. He aquí nuestro repaso por las bibliotecas perdidas.

Biblioteca de Alejandría

Biblioteca de AlejandríaDe todas las bibliotecas perdidas que ha habido o habrá, la biblioteca de Alejandría es sin duda la más célebre. Pero a pesar de toda la literatura sobre ella, en realidad poco se sabe sobre su destrucción. Por lo visto, hubo un primer incendio en tiempos de la guerra entre Julio César y Pompeyo el Grande, y en él se pudo haber perdido la mitad de los fondos de la biblioteca. Se habla, de hecho, de 400.000 manuscritos de un total de 900.000, aunque Séneca habla de sólo 40.000 rollos afectados por las llamas.

El caso es que la biblioteca sobreviviría aquel incendio, pero sufriría los saqueos sucesivos de romanos, cristianos y musulmanes, antes de ser borrada del mapa en el siglo VII por orden del califa Umar ibn al-Jattab, segundo sucesor del profeta Mahoma y autor de una cita célebre, pero terrible: “Los libros de la Biblioteca o bien contradicen el Corán, y entonces son peligrosos, o bien coinciden con él, y entonces son redundantes”.

Biblioteca de Pérgamo

Biblioteca de PérgamoFue la segunda biblioteca de su tiempo después de la de Alejandría, y se especializó en filosofía estoica. Casi todo lo que sabemos de ella es a través de la Historia Natural de Plinio el Viejo, y se dice que fue allí donde se guardaron sin publicarse y durante un siglo los manuscritos de Aristóteles, y que sólo al llegar a la Roma republicana pudieron publicarse gracias a la insistencia de Cicerón.

 

Como curiosidad, no está de más recordar que los volúmenes de la Biblioteca de Pérgamo eran copiados en un material inventado precisamente en dicha ciudad: el pergamino, una solución ante el desabastecimiento de papiro a raíz de la rivalidad con Alejandría.

Biblioteca de Iván El Terrible

Biblioteca de Iván El TerribleOculta tras la bruma de la leyenda, la biblioteca del zar Iván el Terrible fue la obsesión del arqueólogo ruso Ignatius Stelletskii, quien pasó toda su vida buscándola. Se supone que estaba compuesta por los libros del mismísimo zar, además de los de la sobrina del último emperador bizantino, Sofía Paleologue, e incluía gran parte de los volúmenes de la Biblioteca de Constantinopla, sacados de la ciudad justo antes de su caída en 1453.

Incluso se especulaba con que contenía algunos manuscritos procedentes de la Biblioteca de Alejandría. A día de hoy, y a pesar de las muchas campañas para encontrarla, incluida una investigación en el propio kremlin, sigue desaparecida.

Biblioteca Imperial de Constantinopla

Biblioteca Imperial de ConstantinoplaMucho tiempo después de la desaparición de las bibliotecas de Pérgamo y Alejandría, la Biblioteca Imperial de Constantinopla todavía conservaba una valiosísima colección de escritos de la cultura clásica. Construida en el s. IV por orden de Constancio II, algunos historiadores hablan de hasta 100.000 volúmenes manuscritos, lo que la convertiría automáticamente en el mayor repositorio de conocimientos del mundo occidental a comienzos de la Edad Media.

La historia de su desaparición no es muy clara. Algunas fuentes hablan de un incendio en el año 475 d. C., mientras que otras fuentes afirman que fueron incendios posteriores los que acabaron con este centro del saber.

Biblioteca de la Universidad de Nalanda

Biblioteca de la Universidad de NalandaEn el siglo XII, la universidad budista de Nalanda, en la India, una de las primeras el mundo y considerada como el principal foco de erudición de todo Asia, fue reducida a cenizas por el ejército turco. En sus años de oro, se dice que la universidad albergaba a más de 10.000 alumnos y 2.000 profesores.

La biblioteca de la universidad Nalanda tenía varios nombres, pues fue conocida como Dharma Gunj (Montaña de la Verdad),  pero también como Dharmagañja (Tesoro de la Verdad) y fue el más famoso y completo archivo de escritos budistas de su tiempo. Las crónicas antiguas hablan de cientos de miles de volúmenes, siendo su colección tan extensa que estuvo ardiendo durante meses cuando los turcos le prendieron fuego.

La Casa de la Sabiduría o Gran Biblioteca de Bagdag

La Casa de la SabiduríaLa Gran Biblioteca de Bagdad, también llamada Casa de la Sabiduría, tuvo como principal misión importar todo conocimiento de su época y traducirlo al árabe, lo que convirtió a Bagdad en el epicentro de la intelectualidad de Oriente Medio y tal vez de todo el orbe.

No se sabe cuántos manuscritos llegó a albergar, pero las crónicas hablan de que 400.000 de ellos fueron rescatados por el científico, filósofo, matemático, astrónomo, teólogo y médico persa Nasir al-Din al-Tusi y llevados al norte del actual Irán, a la ciudad de Maragheh, gracias a lo cual han llegado hasta nuestros días muchas de las obras clave de la cultura islámica y universal.

 

Biblioteca de Asurbainpal o Biblioteca de Nínive

Biblioteca de NiniveAsurbanipal fue el último gran rey de Asiria, y uno de los poquísimos gobernantes de la antigüedad que dominaba la lectura y la escritura. Fue el principal impulsor de biblioteca de Nínive, el lugar donde se recogió toda la literatura escrita en escritura cuneiforme que existía hasta la fecha.

La biblioteca fue iniciada por su predecesor, Sargón II, en el s. VIII a.C. y ampliada por Asurbanipal, y consistía en una gigantesca colección de tablillas de arcilla, de las cuales se conservan al menos 22.000 tablillas, a pesar de la destrucción de la biblioteca a manos de los babilonios en el año 612 a.C. Entre sus fondos, estaba el célebre Poema de Gilgamesh, considerada como la obra narrativa más antigua de la humanidad.