Como ya adelantamos en nuestro anterior post, en LEA permanecemos atentos a cualquier iniciativa relacionada con el estudio de la lectura desde una perspectiva digital. Poco a poco, y ciertamente con cuenta gotas, van surgiendo en este sentido, iniciativas o proyectos interesantes. Una de ellas es el estudio de investigación «Los espacios virtuales para la promoción del libro y la lectura. Formulación de indicadores para evaluar su calidad y efectividad».
Se trata de un proyecto I+D+I del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación, desarrollado entre enero de 2015 y junio de 2017 y liderado por la Doctora Gema Lluch, de la Universidad de Valencia, con la colaboración del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura y Deporte y la Federación de Gremios de Editores de España, entre otras instituciones públicas relacionadas con el libro y con el fomento de la lectura. Frente a otras iniciativas menos ambiciosas o demasiado sectoriales, el estudio es, de hecho, una investigación muy interesante para un proyecto como el de LEA Lectura Abierta, donde apostamos por la virtualización de los clubes de lectura a través de una propuesta de lectura expansiva y transmedia. Y lo es por muchas razones, pero sobre todo por la pionera inclusión de actividades lectoras colectivas o socializadas (clubes de lectura) en una categoría propia, diferenciada de lo que podríamos denominar “redes sociales de lectura”, una especie de cajón de sastre donde siempre se incluían los clubes.
Y aunque podría parecer que se trata en el fondo de un asunto menor por todas las características comunes a ambas categorías (las dos se fundamentan en comunidades virtuales de lectores y comparten el objetivo genérico, pero fundamental, de promocionar la lectura), difieren en algunos aspectos relevantes, pero sobre todo en el hecho de que en los clubes de lectura se hablan de libros y de experiencias lectoras, mientras que en las redes sociales se promueve la recomendación de libros en base a las preferencias de los lectores. Son, de hecho, estos objetivos los que conforman la naturaleza de sus servicios.
“En los clubes de lectura se hablan de libros y de experiencias lectoras mientras que en las redes sociales se promueve la recomendación de libros en base a preferencias de los lectores.”
Como parte del análisis de los espacios virtuales para promocionar la lectura, se estudió el comportamiento de los usuarios en clubes de lectura presenciales, mixtos o totalmente virtuales. Se lanzó para ello una ambiciosa encuesta en línea a más de 300 bibliotecas públicas de Cataluña, Valencia y Baleares, las cuales proporcionaron información sobre 674 clubes de lectura, evaluándose a continuación el uso de recursos digitales en dichas comunidades lectoras. De esta muestra, 576 de entre los clubes encuestados eran estrictamente presenciales, 94 eran mixtos (es decir, que funcionaban bajo el modelo de reuniones presenciales y debates virtuales) y sólo 4 clubes eran completamente virtuales.
Como se verá, la digitalización va avanzando muy despacio, pues sigue primando el modelo de club de lectura clásico (un 85,46% del total) frente al modelo mixto (13,95%) o virtual (apenas un 0,59%), si bien sería interesante la variación temporal de tales cifras para observar los niveles de crecimiento en los últimos años. En cualquier caso, y aunque la muestra fuese muy limitada, sí podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que los clubes de lectura online siguen siendo los grandes desconocidos, una conclusión paradójica en un mundo crecientemente digitalizado o virtualizado para casi todos los productos y servicios que consumimos. Cabe destacar, asimismo, el creciente uso de los espacios virtuales de debate y discusión, al respecto de los cuales el citado estudio concluye que tienen aún un largo recorrido por delante, esperándose un incremento exponencial en número para los próximos años.
“Los clubes de lectura, ya sean presenciales, virtuales o mixtos, son en la actualidad un fenómeno en clara expansión.”
Si hacemos proyecciones a futuro, podríamos aventurar que los clubes de lectura, ya sean presenciales, virtuales o mixtos, son en la actualidad un fenómeno en clara expansión, siendo las bibliotecas públicas su ecosistema más habitual. El siguiente artículo en prensa, se hacía eco del éxito de los clubes de lectura virtuales de la Comunidad de Castilla-La Mancha: más de 900 lectores y 21 libros participaron en los clubes de lectura virtuales en el año 2018. Es una pena que no se ofrezcan más detalles sobre estos clubes y en particular, el número de miembros y participación. Nosotros, podemos adelantaros que en las dos últimas convocatorias de Lecturas Abiertas, organizadas conjuntamente con Espacio Fundación Telefónica y con el Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación de Jaén, hemos llegado a 215 y 176 inscritos respectivamente.
Sería, de hecho, muy interesante, incluso deseable, que los organismos públicos encargados de gestionar las bibliotecas y sus servicios virtuales compartiesen información sobre los hábitos lectores de sus clubes de lectura y otras actividades colectivas y socializadas, así como sobre el uso de los recursos digitales de las propias bibliotecas, información que permitiría medir cualitativamente estas nuevas maneras de leer.
Desde LEA queremos concienciar e implicar a todos los agentes digitales relacionados con el libro y la lectura, invitándoles a reflexionar, investigar y debatir sobre la necesidad de disponer de estadísticas oficiales sobre el comportamiento lector en el espacio digital.
Luisana Rodríguez Castellanos
CEO & Founder de LEA Lectura Abierta
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